Ayer en un arranque de ira, decidí poner en venta mi paraíso, creo que fue un arranque de rabia o de impotencia no lo se.
Lo que si se es que lo voy a pasar fatal, porque la verdad es que me encanta poder disfrutar del campo, su aire, su silencio y su trabajo. Me chifla ver las estrellas y las siestas en la hamaca.
Pero también sé que no puedo atenderlo en condiciones, que es demasiado para mi, que mis perros son muy bonitos en foto pero que dan mucha faena, ayer cuando subí a recoger los huevos, maravillosos huevos por cierto, (¿podre volver a comer huevos comprados?) el caso es que me habían hecho ni os cuento cuantos destrozos, no pueden estar solos, no se les ocurre nada más que destrozar y destrozar.
La huerta la he tenido que abandonar también por su culpa, la pisotearon toda.
¿Que porque no vivo allí? Ahora hace mucho frío y tener todo el día la chimenea encendida es también un trabajazo y la calefacción un gastazo.
¡Que problema!
Tremenda indecisión, anteriormente había decidido no vender, pensando que las cosas se están poniendo muy dificiles y si tienes un terreno, por lo menos hambre no pasas, y en tiempo de angustia el aire libre siempre ayuda a desahogarse.
¿Que hago?
Se admiten sugerencias.
1 comentario:
Una vez me dijeron ..."en momentos de enojo no tomes dicisiones".Espero te pueda servir.
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